martes, 1 de abril de 2014

Es el anuncio y no el alcohol el que me hace sentirme tonta

Llevo cerca de un mes viendo este cartel en varias marquesinas de autobús, quizá el anuncio lleve más tiempo en la calle, pero antes no me había fijado y desde que lo vi por primera vez no puedo dejar de caer en él.



A menudo me pregunto qué piensan muchos publicistas cuando desarrollan un anuncio. Cuando miro este cartel pienso que ellos ya te están considerando tonto, bebas o no. Es como si quisieran decir "un poco más tonto de lo que ya eres". ¿Por qué nos tratan como estúpidos cuando nos intentan vender algo, o mejor aún, por qué nosotros dejamos que nos traten así y caemos en su juego?

Todos los anuncios mienten. Nos dicen que compremos X detergente porque es el mejor del mercado, nos enseñan lo blancas que dejan las camisas y cuando lo pruebas en casa y la camisa sigue teniendo ese color amarillento te sorprendes... Eso es lo que yo acostumbro a ver en la tele, mentiras, mentiras que la mayoría de la gente se cree y que te modelan hacia una determinada dirección. 

Quisiera ser más libre y no puedo. Cada día lucho para eso y a cada momento me siento más lejos. Pero no quiero dejar de pensar y de ser yo. No quiero ser otra persona, pero empiezo a ver que quizá tenga que cambiar si quiero ser feliz. 

Quizá deba empezar a mentirme, quizá deba empezar a creer lo que me dicen lo demás.